Nos referimos en esta entrada a dos casos en que la minoría inflige dolorosas derrotas a los socios de control. En el primero de ellos, ciertamente, los mayoritarios se dejan robar la cartera; en el segundo, en cambio, los minoritarios no hubiesen logrado su propósito de no ser por la indebida colaboración que les presta el notario que actuaba como secretario de la junta.
Lo analizamos en esta nueva entrada del blog Affectio societatis