Contribuir al mantenimiento del tejido empresarial y salvar puestos de trabajo, es la ilusión con la que muchos de los administradores concursales y letrados instantes comenzamos nuestra andadura profesional.
De hecho, una discusión teleológica y recurrente entre los profesionales del sector, consistía en cuestionar la finalidad del concurso: ¿pagar a los acreedores?, ¿la continuidad de la actividad?, ¿pagar a los acreedores mediante la continuidad de la actividad?…
Lo analizamos en esta nueva entrada del blog Affectio societatis