En la actualidad, los tributos son uno de los motores de las sociedades modernas, pues permiten sufragar las necesidades y servicios esenciales de los ciudadanos. Simplemente por este motivo, nada podría justificar el fraude tributario.
En tal sentido, los poderes públicos deben de luchar para que los impuestos sean satisfechos con respeto a los principios constitucionales, no permitiendo la existencia de rentas ocultas de origen ilícito…
Lo analizamos en esta nueva entrada del blog Affectio societatis