fbpx

La empresa familiar: decisiones críticas que marcan la diferencia

Manuel Miguéns Pardal
La clave para que una empresa familiar se consolide en el mercado consiste en saber conciliar los distintos intereses de los miembros de la familia
Garantizar la supervivencia de una empresa familiar conlleva trazar una estrategia profesional

La clave para que una empresa familiar se consolide en el mercado consiste en saber conciliar los distintos intereses de los miembros de la familia

El éxito de una empresa familiar depende, en gran medida, de la capacidad de conjugar los diferentes intereses de los miembros que conforman la familiar propietaria. Para ello es preciso encarar los debates con determinación, puesto que no hacerlo impide el avance del negocio. Y, así, poder alcanzar soluciones consensuadas que redunden en beneficios tanto para la empresa como para la familia.

Es una máxima, fruto de la experiencia, que cuando la empresa familiar creada por el emprendedor ha conseguido un cierto grado de consolidación en el mercado, en la gran mayoría de los casos deberá acometer una revisión de sus estructuras internas. De tal forma que pueda optimizar la gestión y mejorar -cuando no profesionalizar – su sistema de toma de decisiones, como paso previo para impulsar su crecimiento futuro y asegurar su supervivencia en el medio y largo plazo.

Esta reordenación, en busca de un funcionamiento más profesionalizado nunca es sencilla. Pero se complica especialmente en la empresa familiar, por la doble condición de socios y familiares que confluye en las personas que han de tomar la decisión de acometer estos cambios.

Esta complejidad es la que hace que muchas empresas familiares no afronten a tiempo este necesario debate. Bien por desconocimiento, bien por miedo a enturbiar las relaciones familiares. Lo cual provoca que, finalmente, el negocio se resienta hasta el punto de hacer peligrar su propia existencia.

Existen, en cambio otros casos en los que el empresario, consciente de la situación, tiene el acierto y la inteligencia de acometer y tratar de dar solución a los principales problemas que, de forma endémica, afectan a toda empresa familiar, y que se pueden resumir en los siguientes:

  1. La confusión en la empresa familiar de los roles propiedad/gobierno/dirección.
  2. La existencia de intereses distintos e, incluso, contrapuestos entre los socios que se ocupan de la gestión y los socios apartados de ésta.
  3. El relevo generacional.

Zamora Company, un ejemplo a seguir

Ejemplo paradigmático de estos casos es la sociedad Zamora Company, que quizás no identifiquemos por su nombre pero sí por uno de los productos que comercializa: el famoso Licor 43.

Tal y como hemos podido ver estas semanas en la prensa especializada, esta empresa de carácter familiar ha cumplido recientemente 75 años, desde que en 1946 esta familia pusiese en marcha su proyecto, apostando por este original producto.

Aquella empresa familiar fundada tras la Guerra Civil es hoy una compañía que da trabajo a más de 500 personas y que factura más de 170 millones de euros, habiendo ampliado exponencialmente su catálogo de productos.

En las diferentes entrevistas realizadas con ocasión de tan especial aniversario, la consejera y portavoz del consejo de familia de Zamora Company, que es ya tercera generación de esta familia empresaria, señala como claves del éxito para conseguir mantener el carácter familiar de la empresa sin renunciar al crecimiento, principalmente dos:

  1. Haber diseñado en su día un protocolo familiar que sirve de herramienta para regular las relaciones familia/empresa, preservando los valores de la compañía. Acompañado de un consejo de familia que fomenta una comunicación fluida y transparente para la familia y productiva para la empresa.
  2. Apostar por la profesionalización. No en vano, recientemente, la sociedad ha dejado la dirección general ejecutiva de la compañía en manos de un profesional que no perteneciente a la familia propietaria. Éste, tiene en su haber más de 25 años de experiencia nacional e internacional en empresas de alimentación, bebida y distribución. Y sustituye a uno de los socios fundadores, que ahora ha pasado a formar parte del consejo de administración. Se ha separado, así, la propiedad de la gestión.

La empresa familiar puede recurrir a asesores para conciliar los intereses de los diferentes miembros de la familia

Proteger los diferentes intereses para avanzar hacia el futuro

En los últimos meses, el departamento Mercantil y Societario de Vento Abogado & Asesores, ha tenido la suerte de poder asesorar a una empresa familiar que opera en el sector primario y que, aquejada de los mismos males endémicos ya descritos, ha tenido la valentía de enfrentarlos para tratar de asegurar su supervivencia.

El punto del cual partíamos hace casi un año no era demasiado esperanzador. Un enfrentamiento abierto entre las diferentes ramas familiares, que nos situaban en un escenario más cercano a la disolución que a la continuidad de la empresa en el corto plazo.

Sin embargo, casi un año después y tras muchas jornadas de intensas –y por qué no decirlo, en ocasiones tensas- reuniones con las diferentes ramas familiares, hemos conseguido completar una primera fase de los trabajos. De tal forma que hemos diseñado e implantado un protocolo familiar y un nuevo sistema de gobierno. Instrumentos en los que las diferentes ramas familiares, con intereses también diferentes, ven representadas, reconocidas y convenientemente protegidas sus respectivas posiciones.

Así, se posibilita el mantenimiento, crecimiento y profesionalización de una empresa familiar que, de otro modo, estaba abocada a desaparecer. O, en el mejor de los casos, a ser troceada, con la pérdida de valor que ello habría supuesto tanto para los socios, como para el propio tejido empresarial de la zona.

Las claves del éxito de una empresa familiar

En nuestro caso, como en el caso de Zamora Company, salvando las evidentes distancias, las claves del éxito de esta primera parte del proceso han sido las mismas:

  1. Conseguir crear un canal de comunicación en el que cada uno de los miembros de la familia pueda exponer, de forma clara y sin ambages, sus inquietudes y aspiraciones, plasmándolas y protegiéndolas en el protocolo familiar.
  2. Profesionalizar el órgano de gobierno. Sin que ello haya supuesto, en este caso, desplazar a los miembros de la familia de la gestión de los negocios, sino simplemente confiar estas facultades de gestión a los miembros de la familia más preparados para ello.

Evidentemente, quedan todavía cuestiones relevantes que abordar durante los próximos meses. Pero tenemos la certeza de que la difícil decisión que hace casi un año adoptó esta empresa familiar de tratar los problemas que la aquejaban y buscarles solución, ha hecho que sus posibilidades de continuidad y crecimiento se hayan incrementado exponencialmente.

Efectivamente, el camino para acometer estos cambios necesarios en la empresa familiar no es sencillo, pero tomar la decisión de recorrerlo, marca en la mayoría de los casos la diferencia entre la consolidación de la empresa o su desaparición.

Descubra nuestro trabajo en https://vento.es/

Autor