El análisis e interpretación de la información financiera constituye el último eslabón de las competencias que se le atribuyen a la contabilidad; ello requiere disponer de sólidos conocimientos en la materia para alcanzar su doble función: evaluar la posición financiera y resultados de la compañía analizada y establecer las mejores estimaciones en relación con las necesidades informativas de sus destinatarios finales (sea internos o externos).
En los últimos tiempos, he tenido acceso a los estados financieros de sociedades de base tecnológica en fase embrionaria. En todas ellas, me llamaba poderosamente la atención (i) la inexistencia de activos intangibles en sus balances; (ii) el reflejo de resultados negativos continuados que provocaban su inmediata entrada en causa disolución por pérdidas cualificadas; (iii) la nula información que sobre la evolución de sus proyectos ofrecían a través de la memoria integrante de sus cuentas anuales; y, a pesar de todo ello, (iv) la valoración que se les otorgaba en las rondas de financiación a las que acudían.
Lo analizamos en esta nueva entrada del blog Affectio societatis