El sistema de gobierno corporativo británico cuenta con un alto grado de reputación a nivel internacional. Ahora bien y siendo quizás uno de los precursores del denominado soft law en nuestro continente, a través de la instauración de un Código de Buen Gobierno y del principio de «comply or explain» (cumplir o explicar), allá por 1992, presenta como inconveniente el estar pensado para las sociedades anónimas cotizadas (o listed companies). De ahí, la necesidad de propiciar la instauración de mecanismos que sirvan para atender al gobierno corporativo de otras sociedades de grandes dimensiones, pero no cotizadas…
Lo analizamos en esta nueva entrada del blog Affectio societatis